martes, 25 de mayo de 2010

Marx paga su pasaje: Un comentario a propósito del alza de precio en la locomoción colectiva.

Sabemos ya que el pasaje de microbus ha subido dos veces en tan sólo un mes. No es algo nuevo. A la vez han aumentado la fiscalización, el control y multa a aquellos pasajeros que se movilizan sin pagar.

El gobierno de Sebastian Piñera justifica tales súbitas alzas de precio debido a que los pasajes impagos provocarían el colapso y el mal funcionamiento del sistema de transporte público, por lo que el único modo de volver a la homeostasis sistémica sería a través de la regulación (alza) del pasaje. Producto de esto, afirman también, se debe el aumento de la fiscalización. La fiscalización contribuiría a evitar nuevos desajustes del sistema, y por ende, nuevas alzas.

La cuestión, como sabemos es que el gobierno no cuestiona la lógica a la base de todas las decisiones tomadas, sino que cuestiona que la gente no se ciña a dicha lógica. Eso se manifiesta en la hiperresponsabilización, que hace el gobierno, sobre los pasajeros en cuanto a las alzas.

Tal manto ‘ideológico’, que se encarna con evidencia en el spot del Gobierno que reza ‘No meta la mano. No meta la mano en el bolsillo: pague el pasaje”, da cuenta cómo es que encarecidamente se intenta de desviar la mirada desde la estructura, o la lógica general, hacia los componentes, es decir, las individualidades.

El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones comenzó la campaña contra la evasión en el Transantiago. Esta iniciativa que durará todo el año, contempla duplicar la cantidad de fiscalizadores en las calles, sumar a Carabineros de Chile y a los inspectores municipales en el control de la evasión y reforzar las sanciones para quienes evaden el pago con la Tarjeta BIP.

“Buscamos crear un cambio de hábito en los usuarios que evaden, de manera de que vuelva la cultura cívica de pagar por lo que se usa”, explicó la Coordinadora General de Transantiago, Ana Luisa Covarrubias. Esta evasión, esta llevando a que los que sí paguen subsidien con su pasaje a los que no pagan. “No vamos a permitir que los usuarios que son responsables paguen por aquellos que se niegan a pagar”, agregó.



La cuestión que se levanta aquí, es la siguiente: o los pasajeros compiten entre ellos, como si ellos fueran de hecho responsables de las alzas del pasaje, y a su vez de que el sistema de locomoción se pauperice (es decir, interiorizan la ideología) o se reúnen con el fin de establecer un conato con aquellos que siguen manteniendo y naturalizando el modo como funciona el sistema de transporte, y asimismo la sociedad in toto. Dicho con al modo de Rulfo: “O flotamos juntos o nos hundimos separados”. Esto último sería conformar –tal vez momentáneamente y en un sentido conceptual espúreo- una clase.

Ya Marx lo habría dicho (y es a partir de lo que me motivé a hacer esta anotación):

“Los diferentes individuos sólo forman una clase en cuanto se ven obligados a sostener una lucha común contra otra clase, pues de otro modo ellos mismos se enfrentan los unos con los otros, hostilmente, en el plano de la competencia” (Marx & Engels, La ideología alemana)


Como siempre la responsabilidad está en nosotros.

Vale un último comentario: tal responsabilidad no implica tan sólo decidir voluntariamente el no-pago del pasaje. Aquello no atenta contra el sistema, sino contra los otros pasajeros. Lo que atenta contra el sistema es la organización social y el desmontaje de la ideología, y no –lo repito- el individualismo vandálico de pequeña monta y el despecho pequeño-burgués.

Es obvio que si Marx estuviera desplazándose por el transantiago y no viera movimientos sociales constituidos con metas claras y todo lo demas no evadiría el pasaje por evadirlo, sino que responsablemente (y también con decepsión) pagaría su pasaje. O dicho en actual: es obvio que Gabriel Salazar paga su pasaje, a pesar de lo marxista que sea.

1 comentario:

Discálculo dijo...

despecho pequeño burgues, jajajaja