viernes, 22 de enero de 2010

Una identificación para el repertorio.

Como bien sabemos, la identidad se construye con trozitos y retazos de otros, en una especie de vitral. Desde lejos uno puede ver una imagen definida en forma y contenido; en cambio desde cerca, se ven imperfecciones y asperezas del material: se aprecia la heterotopía del conjunto;
además se dificulta reconocer una figura con contornos: tan sólo se ven trozos; y, en definitiva ya no cumple la función de una figura, sino más bien la de un lente, pues no se ve ella sino a través de ella. El reflejo que se proyecta, por cierto es poco claro, como el de un lente trizado. Eso en psicoanálisis se llama identificación:

"Sigo sin tener posición política, religiosa o filosófica firme. Cambio todos los meses; por eso estoy obligado a atenerme a contar cómo mis héroes se aman, se casan, hacen hijos, mueren y hablan" (Antoin Chejov)

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