viernes, 14 de noviembre de 2008

Una tonta analogía

Ando un poco irónico y discriminador con todo lo que no se parece a mi en este último tiempo. Es siguiendo ese impulso que escribiré esta tonta e inútil reflexión, que me anda dando vuelta por la cabeza, sé que nada tiene de productivo, sin embargo así puedo escribir algo en mi blog.
Los judíos ortodoxos tienen una serie de usanzas que no me llego a explicar. Como todas las creencias rayanas en la fe, hay una serie diversa de prácticas que de buenas a primeras no se pueden encasillar en las categorías que uno, como ateo e ignorante de la religión, posee.
Una de las que no entiendo y me he dado una explicación burda y mitológica es la del uso del Kipá (o yarmulke en yidish). El Kipá es un gorro pequeño, habitualmente hecho de tela, que cuando se pone cubre parcialmente la cabeza. Éste se ajusta a la curvatura de la cabeza. Es un gorro típico y muy conocido por cualquiera.
En realidad no creo la explicación de que éste intentaría hablar sobre la superioridad de Dios o algo así, mi explicación es otra, y es como sigue: Los judíos tienen una serie de prácticas extrañas, una de ellas es la circunsición masculina. En este procedimiento se le corta el prepucio al varón. Por lo demás, es claro que no tienen una buena explicación para esto, pero no tengo interés de pensar burda y mitológicamente ese fenómeno. Esto hace que el glande sea visible siempre. Siguiendo al psicoanálisis, sabemos que lo perdido intenta recuperarse de alguna manera simbólica, a veces emerge como síntoma, otras veces como lapsus lingüe, etc. En este caso, el desplazamiento simbólico es con el kipá. Es decir, lo que estuvo alguna vez abajo fue desplazado, metaforizado -en términos lacanianos- en la cabeza, es decir arriba. Quizá intentan negar su placer, su emocionalidad y posicionarlo y negarlo a través de la racionalidad, de lo cognitivo. He ahí un desplazamiento claro.
Eso en realidad no era lo que quería comentar, que ya ha dejado de ser una hipótesis para mi, es en realidad una tesis, una verdad. Mi interés es a partir de ese hecho buscar los isomorfismos con otro caso y a través de estos llegar a la misma conclusión.
El caso que me interesaba comentar es una práctica de hace poco tiempo, que en apariencia no está ligada a ninguna creencia religiosa. Hasta el momento no tiene una explicación razonable.
A lo que me refiero con lo anterior es a la usanza masiva de flores en la cabeza por parte de muchas mujeres. Las que ocupan este adminiculo en la cabeza, por tendencia utilizan el mismo tipo de ropa y el mismo tipo de accesorio (como los judíos). Esas conclusiones las he sacado de una observación poco acusiosa. No sé bien sobre sus creencias y rituales: yo ya comencé el camino ahora que otro se dedique a profundizar en él.
Mi intuición o hipótesis al respecto es la que sigue: Estas mujeres he notado que tienen un par de prácticas habituales y contradictorias. Por una parte tienden a hablar sobre la virginidad constantemente y sobre la espera, paciencia y prudencia. Por otra parte tienden a actuar desenfrenadamente, impulsivamente y sin medir consecuencias. Pareciera ser que cada una de estas prácticas están normativamente expuesta por grupos distintos, como son los grupos de amigas y el grupo de la iglesia al cual van. Como todos los adolescentes, éstas chicas tienden a dejarse llevar por los impulsos y entran al habitual y común rito de pasaje de meterse con algún chico que les parece atractivo, o más bien el chico es el que se mete en ellas. Es por esto que como desplazamiento de su pérdida, de su debilidad con y por la carne, metaforizan una 'flor' con otra. Por consiguiente compran una flor de plástico -igualmente de plástico como ellas- que se la ponen a diario en su cabeza, para mostrarle al mundo que han cumplido su mandato en la tierra, que es perder la flor en una ocasión especial y única. Los desafío a que le toquen la flor de la cabeza a estas chicas, sin dudas se incomodarán y molestarán.

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